Ayer, 3 de mayo, fue el Día Mundial de la Libertad de Prensa. Se eligió esa fecha en conmemoración de la
Declaración de Windhoek, cuando en Namibia hubo una gran reunión acerca de la
libertad de prensa en África.
En Europa, África suena a
continente lejano con guerrillas difusas en las que muere mucha gente y hay
mucha hambre y muy pocas libertades… no como en la vieja Europa. La vieja,
vieja Europa. Ayer hubo mucho ruido y pocas nueces. Apenas unos cuatrocientos
profesionales se reunieron en la capital de nuestro país para recordar que el
periodismo debe de ser una profesión digna. La pregunta es ¿por qué hay que recordarlo?,
¿en qué momento se olvidó que el Periodismo no debe de ser un siervo de la
gleba sino un defensor de la libertad del pueblo?, ¿qué día y a qué hora el
periodista, cualquier periodista, se convirtió en un supuesto ser indigno?
Concentración en Madrid por la Libertad de Prensa. 3 de mayo 2012. Fuente: Elvira M. J. |
Cada año mueren asesinados en
nuestro mundo muchos periodistas. El año pasado la cifra llegó a sesenta y siete. 67 se dice pronto, quizá demasiado deprisa, pero en 2011 sesenta y siete
profesionales dieron la vida por su trabajo, para informar, para dar voz a
quienes no la tienen y para ser el límite de los poderosos. ¿Es que eso no es
digno? Este año vamos ya por veintidós fallecidos y ciento sesenta y un encarcelados. Y sólo estamos a principios del quinto mes.
Hace ya más de trescientos
cincuenta años un hombre se preocupó en un modo que podríamos llamar “moderno”
de la libertad de prensa. Con su famosa Areopagítica John Milton protestó en 1644
contra la censura. A día de hoy sigue siendo necesario hacer algo. Según la
escala de Reporteros sin fronteras nuestro país se sitúa en el escalón 39 de
179, seis por debajo de Portugal, uno por debajo de Francia… pero dos por
encima de Ghana o cuatro por encima de Botswana, tan de moda ahora. Algo más
caídos en la tabla están los Estados Unidos. Italia está por debajo de Bosnia
con una puntuación terrible y en Europa según el mismo informe, las diferencias no hacen más que crecer.
Viñeta de El Roto aparecida en el diario El País. |
A menudo escuchamos hablar de
la manipulación de los medios. Ese fantasma maligno que quiere destrozar
nuestra integridad, que pretende lavarnos el cerebro. No falta mucha razón para
hablar de ello. Aunque cabría hacer un par de puntualizaciones, o probablemente
muchas más.
Por un lado está la
inmensidad de la realidad y lo imposible que resultaría resumirla toda siendo
fieles en cualquier medio. Es como intentar meter todos los océanos en un cubo
de agua. Imposible. Hay que elegir. Walter Lippman lo expresaba con su metáfora
de la linterna en la obra Public Opinion (1922) al decir que los medios son
como una linterna que ilumina una parte de la realidad dejando el resto en la
sombra. Cierto es e implica que hay que elegir qué contar, lo cual es una
evidente manipulación se desee o no. Algo será lo considerado interesante y
algo será lo dado de lado. Y muchas veces se dejará en la oscuridad lo que la
censura reinante mande que así sea. O lo que la censura propia y personal de
cada uno (probablemente la peor de todas por ser una gran fan del miedo) dicte
letra a letra.
Por otro lado tenemos la
objetividad, la imparcialidad, la ecuanimidad, et cetera. Somos todos sujetos incapaces
de hacer un filtro neutro del mundo. Nos podemos abstraer pero todo ser humano
suele tener opiniones, filias y fobias. Podemos buscar la imparcialidad pero
¿es siempre la imparcialidad objetiva?, ¿podemos dar la misma fuerza e
importancia a Breivik (el asesino de la isla de Útoya) y a sus víctimas? No es
fácil responder a nada de esto y creo que la honestidad es la única salida
posible.
En cualquier caso ayer,
tres de mayo, se celebró el Día Internacional de la Libertad de Prensa. La FAPE
(Federación de Asociaciones de Periodistas de España) puso el acento en la
democracia con su lema “Sin periodistas no hay Periodismo, sin Periodismo no
hay Democracia”. Así sea.
Imagen tomada al término de la concentración. 3 de mayo de 2012. Fuente: Elvira M. J. |
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Premio Mundial de la Libertad de Prensa para Eynulla Fatullayev, periodista Azerbaiyano:
Naciones Unidas destaca la importancia de la Libertad de Expresión:
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