domingo, 18 de noviembre de 2012

El Monasterio de Rila: Patrimonio de la Humanidad en el corazón de la montaña

Entre las boscosas montañas de Rila se oculta este bellísimo monasterio del siglo X. Sin duda uno de los muchos que merece la pena visitar en Bulgaria.

Iglesia de la Natividad, Monasterio de Rila (Bulgaria)

Siendo un país no muy grande, con menos de ciento once mil kilómetros cuadrados de superficie si algo tiene Bulgaria, eso son monasterios. Al menos hay nueve que se puedan considerar de gran interés y uno de ellos es el Monasterio de Rila. Se encuentra al suroeste del país, a unos 120 kilómetros de Sofía y cien más de Plovdiv.

Cómo llegar y cómo volver
Lo más aconsejable y sencillo desde Sofia es ir en autobús. Éste sale desde la estación oeste Ovcha Kupel a las 10:20 y no hay más que ése así que es recomendable ser puntual. Este autobús hace una parada en el pueblo de Rila sobre las 12:15 durante algo más de un cuarto de hora y llega al monasterio sobre las 13:00. Allí tendremos dos horas para visitarlo: que no cunda el pánico dos horas son suficientes. A las 15:00 nos recoge el bus de vuelta y de nuevo hay que poner atención porque si lo perdemos nos será bastante complicado volver a la capital. De nuevo sigue el mismo proceso y nos deja en Ovcha Kupel sobre las 17:15. El precio es de 22 levas ida y vuelta (11 se pagan a la ida y 11, a la vuelta). Para llegar a la estación de autobuses de Ovcha Kupel (Овча купел para los paisanos) es necesario coger los tranvías 4 o 5, contar paradas y bajarse en la nuestra, claro está.

Visitando el monasterio
Fuente y pórtico principal de la
Iglesia de la Natividad
(Monasterio de Rila, Bulgaria)
El monasterio es una auténtica maravilla arquitectónica (además bien cuidada) que parece haber sido tallada literalmente en la piedra de la montaña. Es una sensación asombrosa la de llegar entre el bosque (estamos en un parque nacional) y de repente ver alzarse el monasterio. Dentro del conjunto encontramos la Iglesia de la Natividad, centro del espectáculo y razón de ser de todo lo demás. Podríamos pasarnos años observando sus pinturas tanto exteriores como interiores, aunque no debemos olvidar que sólo tenemos algunos minutos o perderemos el bus. Cuando hayamos terminado con nuestro particular éxtasis religioso podemos dirigirnos al Museo de Agricultura (5 levas) o bien al Museo del monasterio (8 levas). Dentro de éste encontramos una importante colección de arte de la que destaca una impresionante cruz tallada en madera y una miniatura de ésta. También hay otros edificios en los que podemos entrar o incluso subir a la torre (2 ó 3 levas) lo cual no tiene más utilidad que la de observar el conjunto del monasterio desde otro punto de vista.

Parte del Monasterio de Rila desde lo alto

Por otra parte, si buscamos hacer un turismo diferente, más rural o específicamente de monasterios (muy de moda por este país) hay que reseñar que existe la posibilidad de alojarse en el propio Monasterio de Rila.


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Visitando Bulgaria: La nostalgia de Sofía.

Visitando Bulgaria: El mágico encanto de Plovdiv.

Ver también Viajando a Bulgaria: qué tener en cuenta. Una serie de consejos para visitar Sofía y Plovdiv.

El mágico encanto de Plovdiv

Plovdiv es una pequeña ciudad que rebosa belleza. Con un casco histórico donde su característico barroco deslumbra, no deja de asombrar por sus ruinas romanas o por sus mezquitas sin olvidar los frescos jardines del Zar Simeón. Llega el momento de pasear por las empinadas calles de esta ciudad

Aliosha, auténtico icono de la ciudad de Plovdiv (Bulgaria)

Dos días son suficientes para ver la ciudad con calma sin dejarnos nada y disfrutando de ella. Probablemente sería bueno acercarse al Monasterio de Baschovo, aunque nosotros no pudimos hacerlo.

Es una ciudad más turística que Sofía, lo que implica que se habla más inglés y en más sitios, que hay más y mejores souvenirs y que la ciudad está más cuidada (las aceras en mejor estado, por ejemplo...). Hay bastante que visitar pero está todo bastante junto, en el casco viejo, lo que llaman "old town" (de calles de empedrado desgastado y muy empinadas), donde hay muchísimas casas-museo, de entre las que yo recomiendo escoger entre una y tres y visitarlas para ver cómo era una de la época. Nosotros escogimos la de Stefan Hindlian.

QUÉ NO PERDERSE EN PLOVDIV:

Esta bella ciudad tiene distintas ruinas de época romana por las que pasearse. Junto a la Mezquita Džumaja se encuentran las ruinas de un
Estadio que está en obras. Por ello al menos en 2011 sólo podía verse una parte y asomándose por los huecos que la valla permitía. Por otra parte, junto a la estación postal nos topamos con restos del antiguo Foro romano de la ciudad cuyas dimensiones son considerables aunque esté algo descuidado. Finalmente, la joya de la corona, el Teatro Romano del siglo II d.C. Es grande y está bien cuidado, tanto que se hacen en él representaciones. Se puede visitar por sólo 3 levas y lo cierto es que merece la pena.

Teatro romano (Plovdiv, Bulgaria)

Dejemos a los romanos a un lado y vayamos en busca de los tracios. Y es que esta es una ciudad aún más antigua que Atenas o Roma y sus primeros asentamientos digamos civilizados son de hace unos 6000 años. Pues bien, al norte de la ciudad tenemos el Complejo arqueológico Nebet Tepe. Lo cierto es que está un poco dejado de la mano de dios pero también hay que tener en cuenta lo enorme que es y el mantenimiento que requeriría. Es un gran parque, comparable con el Foro y Palatino de Roma, y lleno de ruinas pero carente de explicaciones aclaratorias. La entrada es absolutamente libre.

Paseando por la ciudad vieja os toparéis con un arco aparentemente inocente. No os dejéis engañar es la llamada “Hissar Kapiya”, lo que en su día fue la puerta oriental de la antigua ciudad.

Hissar Kapiya (Plovdiv, Bulgaria)

Iglesia de San Konstantin y Santa Elena (Plovdiv, Bulgaria)
Esta Hissar Kapiya se encuentra junto a la Iglesia de San Konstantin y Santa Elena, para mi gusto la más bonita de cuantas se pueden ver en esta ciudad que sin duda, no son pocas. Para llegar a entrar en ella hay que atravesar un jardincito y después disfrutar de una galería de frescos preciosa. Pero lo que es imposible es no fijarse en el sorprendente campanario calado de esta iglesia de principios del siglo XIX. En el interior, destacan las pinturas murales, iconostatos y el altar en madera tallada. Nos encontramos en la calle 4 de enero, una vía plagada de numerosas casas del siglo XIX que no dejarán de llamar nuestra atención.

Siguiendo esta bella calle encontraremos la Galería municipal de bellas artes con una buena muestra de la pintura búlgara moderna y contemporánea pero de la cual podemos prescindir si no tenemos mucho tiempo o no somos unos apasionados de la pintura. Eso sí, el edificio en que se encuentra, como casi todos los de esta zona, es digno de admirar.

Por aquí veremos a nuestra derecha la Farmacia de Hipocrates. Se conserva igual que cuando se abrió en el siglo XIX. Tanto que sus tarros siguen rotulados en latín. La lástima es que está cerrada más a menudo que abierta así que normalmente tendremos que contentarnos con echar un vistazo a través de las ventanas. No obstante su fachada con efigies de personajes relacionados con el mundo de la medicina también merece una parada.

Detalle de la fachada de la Farmacia de Hipocrates (Plovdiv, Bulgaria)

Boda ortodoxa oficiada por el obispo de Plovdiv
en la catedral de la ciudad
Sigamos bajando y por fin nos toparemos con una nueva gran iglesia construida en 1844 salvando la diferencia de altura entre dos calles. Ahí arriba está Nuestra señora de Plovdiv, alias Sveta Bogoroditsa, la catedral de la ciudad frente a la cual se han situado convenientemente los juzgados en los que se casan los habitantes de la ciudad. Junto al sobrio edificio que de nuevo asemeja más a un establo que a cualquier otra cosa, se sitúa el exuberante campanario rosa y azul construido tras la liberación turca, lógicamente. En contra de lo que el exterior parezca anunciar el interior sorprende por la riqueza de sus pinturas murales y por el iconostato dorado de la segunda mitad del siglo XIX. Además de ser visita obligada por su belleza, podemos tener la suerte de ver una boda ortodoxa oficiada por todo un obispo.

Sveta Bogoroditsa, Nuestra señora de Plovdiv (Plovdiv, Bulgaria)
Ahora podemos rodear la catedral y subir por la calle contraria. Pero antes hagamos un pequeño desvío para pasar ante la Iglesia de San Nicolás. Repito, pasar ante ella porque lo más probable es que este pequeño edificio se encuentre cerrado a cal y canto. Eso sí, si tenemos la suerte de que esté abierto podemos aprovechar y ver su iconostato del siglo XVIII. Tras esta breve parada sigamos escalando las calles de la ciudad evitando morir entre sus desgastados adoquines. Pronto surge ante nuestros ojos el Centro municipal de Arte Etnográfico, uno de los más bellos edificios de la ciudad. Entre un frondoso jardín su ondulante fachada blanca, azul y dorada saluda al visitante. En su interior, la cultura tradicional de Tracia, Ródope y Srednogorie de la época del Renacimiento búlgaro (siglos XVIII a XIX) con la ganadería y la agricultura como protagonistas absolutos de la economía. Interesante pero prescindible, no así su exterior, que deberíamos pararnos un par de minutos a admirar.

Centro municipal de arte etnográfico (Plovdiv, Bulgaria)

Iconostato de Santa Petka (Plovdiv, Bulgaria)
Sigamos nuestro camino ascendente hasta conocer Santa Nedelja. Este templo de horarios caprichosos estaba en reconstrucción en septiembre de 2011 pero aún así era visitable. Con planta basilical y de estructura abovedada en madera que corona la nave central, posee un bonito iconostato. Aunque de nuevo lo más interesante vuelven a ser las pinturas murales. Ahora podemos bajar todo recto hasta la calle Zora que se abre a nuestra derecha. Ahí al fondo bien escondida está la Iglesia de Santa Petka. Es posible o incluso probable que Giorgi os aceche a la entrada de este templo que los habitantes de Plovdiv llaman con ternura “la iglesia vieja”. Se trata de un hombre que tan sólo pretende cazar a los pocos turistas que se desvían hasta allí para contarles como buenamente puede en inglés o en el idioma que haga falta la historia de Santa Petka, en el modo sui generis que le permite su vocabulario. Hay que reconocer que el esfuerzo de Giorgi es ímprobo: tiene su triste historia llena de penurias (muy probablemente reales) traducida a multitud de idiomas, y guardada en su mochila. Sólo os la enseñará tras el “recorrido informativo” y sinceramene opino que tanto empeño merece un premio. Y por otra parte dada la economía del país, al visitante tampoco le costará tanto desprenderse de algo de su monedero que por poco que sea hará más que feliz a este hombre durante ese día. No es que Giorgi sea el mayor atractivo del templo así que volvamos al edificio religioso. Este diminuto santuario de 1830 tiene en propiedad un campanario exento, como tantos otros, y unos bellos techos de madera. Por otra parte en ella se aprecia una atmósfera encantadora que no creo que podamos captar en ningún otro santuario de Plovdiv.

Campanario de Santa Marina
(Plovdiv, Bulgaria)
Estamos casi pegados a la llamada Casa de Lamartine o Casa de los escritores. En ella estuvo unos días Alphonse de Lamartine al regreso de su viaje por Oriente y de ahí que reciba este nombre. Actualmente es la sede de la asociación de escritores de Plovdiv además de otra bella construcción. Llegados a este punto y antes de dedicarnos a la parte turca de la ciudad debemos acercarnos a la Iglesia de Santa Marina. No debemos perdernos esta encantadora parroquia sin ninguna duda. Rodeada de una galería decorada con pinturas alegres y luminosas, está constituida por tres naves coronadas por una cúpula. La iglesia data de 1836 pero el campanario de seis pisos en madera es posterior a la liberación turca. Un interior magnífico nos revela la belleza de los iconostatos tallados en madera y las pinturas murales obra de auténticos maestros del género.

Iglesia de Santa Marina y Casa de Lamartine (Plovdiv, Bulgaria)

Interior de la Mezquita Džumaja (Plovdiv, Bulgaria)
Volvamos sobre nuestros pasos hacia la Plaza Džumaja donde se encuentra la Mezquita Džumaja, fácil de encontrar gracias a su alto minarete. Pertenece a los siglos XIV y XV y su interior bien merece una visita. Alfombrada en azul, las paredes son claras y la decoración geométrica en tonos teja. La luz lo inunda todo y se refleja incluso sobre las maderas talladas. No hay problema alguno a la hora de entrar si acudimos a la lógica: durante la oración no se puede visitar y las mujeres debemos cubrirnos para pasar. Lo de cubrirse no es un gran problema si es verano pues ellos nos facilitan una gran túnica con capucha. Por supuesto podemos pasearnos por el área reservada a los hombres dado que es una visita cultural.

Mezquita Džumaja (Plovdiv, Bulgaria)
Mezquita Imaret (Plovdiv, Bulgaria)
La Mezquita Imaret destaca por su sobresaliente minarete. Elegante, llama la atención su fachada principal, su imponente pórtico y por su jardín. Data de 1445 y tiene la clásica planta cuadrada en cuyo centro aparece una gran cúpula. Lo cierto es que en mi opinión es menos impresionante que la Mezquita Džumaja, por lo que si carecemos de tiempo puede ser disfrutada sólo por fuera.

Para terminar, los Antiguos Baños Turcos o Hammam de parejas. Estas ruinas de ladrillo coronadas por una cúpula pertenecen al siglo XVI y reciben este sobrenombre porque los baños fueron divididos en dos secciones: para hombres y para mujeres. Actualmente acoge un museo de arte contemporáneo pero independientemente de que amemos este arte o no, la baratísima visita merece la pena si no sabemos cómo era la distribución de unos baños turcos, ya que se encuentran en muy buen estado.

Antiguos Baños Turcos o Hammam de las parejas (Plovdiv, Bulgaria)

Jardines del Zar Simeón (Plovdiv, Bulgaria)
Lo cierto es que la presencia judía en esta ciudad no ha dejado gran huella. Sí que hay una sinagoga pero está habitualmente cerrada y tampoco merece un gran esfuerzo para visitarla. Lo que sí vale la pena es pasear por la comercial calle Príncipe Alejandro de Battemberg (o Knjaz Aleksandŭr Batenberg) hasta el final para darnos de frente con los Jardines del Zar Simeón. Este gran jardín nace en 1892 con el fin de albergar una exposición internacional de arquitectura y actualmente constituye un paseo de lo más agradable a la sombra de enormes árboles y rodeado por parterres de flores, fuentes y esculturas. En la parte central un gran lago artificial llama la atención de todos e invita a remar a quienes se atrevan. Lo que no podremos dejar de observar es la gigantesca escultura que se alza en la lejanía, el gran monumento Aliosha, muy comúnmente llamado “el Cristo de Plovdiv” que nada tiene de religioso pues en realidad se trata de la enorme estatua de un soldado soviético.

Vista panorámica de Plovdiv, Bulgaria

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Otras ciudades de Bulgaria: La nostalgia de Sofía.

Visitar monasterios: el Monasterio de Rila.

Ver también Viajando a Bulgaria: qué tener en cuenta. Una serie de consejos para visitar Sofía y Plovdiv.

La nostalgia de Sofía

Sofía es una ciudad decadente y nostálgica en la que se respira la sensación de un pasado mucho más luminoso y espectacular que ha sido empañado con carencia de recursos y bastante suciedad. Pero quizá sea ese aspecto un tanto destartalado lo que le confiere su encanto a la capital de Bulgaria.

Estatua de Sta. Sofía (Sofía, Bulgaria)
Tres días son más que suficientes para visitar lo más importante de esta ciudad con la mayor de las calmas... y es muy recomendable acercarse un día el Monasterio de Rila así como darse una vuelta por el enorme Parque de Vitosha.


QUÉ NO PERDERSE EN SOFÍA:

Catedral S. Alexander Nevski (Sofía, Bulgaria)
Catedral de San Alexander Nevski. Edificio imponente e impresionante, es visita obligada. Es imposible no verlo y es más, no verlo desde lejos. Blanca, dorada y verde por fuera es una maravilla pero no hay que engañarse: por dentro tampoco decepciona. Por lo general en Bulgaria encontramos edificios religiosos muy diferentes a los de la Europa occidental debido tanto a la Historia del país como a la religión: recordemos que son ortodoxos. Los edificios van a tener cúpulas enormes y volúmenes muy redondeados, orientalizantes. En el interior los iconostatos son los que ganan la partida y eso sí, una decoración a veces bastante recargada. En este caso incluso más que la propia catedral en sí, vale la pena bajar a la cripta cuyo acceso se encuentra a la izquierda de la fachada principal de la catedral. Alberga la Galería de Arte Antiguo, tremendamente interesante y clarificadora del arte búlgaro.

Iglesia de Santa Sofía. Se encuentra en la misma plaza que la catedral y como ésta lo eclipsa todo es muy posible que la pobre Santa Sofía pase desapercibida. Su aspecto exterior de ladrillo no invita a entrar y tampoco el interior es rico pues la basílica ha tenido una vida muy sufrida de reconstrucciones y a pesar de ser un templo antiquísimo la última data del año 1999. Actualmente se están realizando trabajos de investigación arqueológica en su interior para ir descubriendo todo el pasado que alberga este templo que hará las delicias de los amantes de la Historia.


Exterior e interior de Santa Sofía (Sofía, Bulgaria)
Los dos templos anteriores se encuentran en la Plaza de San Alexander Nevski cuya visita es al menos inevitable. En ella encontramos un gran mercadillo de iconos copia de los que hay a lo largo y ancho de la capital o por ejemplo, en el interior de la cripta de la catedral.

Todo lo contrario a Santa Sofía es lo que ocurre con la llamada Iglesia rusa de San Nicolás. Un precioso exterior el de esta iglesia de principios del siglo XX que imita el estilo de trescientos años antes. Una preciosa bombonera que alberga un bello iconostato en cerámica. Cierto es que se trata de un mero pastiche pero eso no hace menos hermoso el pequeño templo.

Igledsia rusa de S. Nicolás (Sofía, Bulgaria)

Menos llamativo quizá sea el Teatro Iván Vazov pero está claro que el Teatro Nacional de Bulgaria aunque sea por ser el más antiguo e importante del país y una de las instituciones principales de la ciudad, merece ser observado. Además es un edificio curioso y con un exterior bastante bello.


Entrada principal del Teatro Iván Vazov (Sofia, Bulgaria)

Ruinas de la antigua Serdica y
Rotonda de S. Jorge al fondo
(Sofía, Bulgaria)
Capítulo aparte merecen la Rotonda de San Jorge y las ruinas de la antigua Serdica. En toda guía que leáis aparecen como visita obligada y lo son… y en todo plano que observéis vendrán señaladas como lugar de importancia. Otra cuestión es ser capaz de encontrarlas. Como he comentado y reiterado varias veces en las recomendaciones para el viaje Sofía no es una ciudad acostumbrada al turismo y por ello no se hacen ciertas puntualizaciones. Pues bien, este interesantísimo conjunto de Historia se encuentra en el interior del Hotel Sheraton, en un patio interior nada difícil de acceder pero que parece formar parte del lujoso alojamiento. Pues no, no forma parte de él sino que protege y cuida entre sus paredes esta iglesia circular y de pequeño tamaño que constituye el extremo de las excavaciones arqueológicas que dejan al descubierto unas vías y viviendas algo descuidadas. Sinceramente recomiendo buscar y encontrar este sitio pues las pinturas murales del siglo X que podemos observar en el interior de la Rotonda así como las ruinas de su exterior son una verdadera maravilla vestida de modestia.

Santa Petka Samardzhiiska (Sofía, Bulgaria)
Otra visita que puede traernos de cabeza es la de Santa Petka Samardzhiiska. Puede que deis vueltas y más vueltas preguntándoos dónde se encuentra este pequeño templo del siglo XI… giraréis de un lado y del otro vuestro plano mientras vosotros mismos giráis una y otra vez sobre vuestros pasos. En fin, sabed que el extraño emplazamiento de este monumento no es otro que el patio central de un centro comercial de aspecto playero. Sí, como suena. Ahí está escondida. Otro asunto es su apariencia. El modesto aspecto de establo exterior tiene su explicación y es que durante la dominación otomana la construcción de iglesias era posible sólo si éstas no tenían un bonito exterior y en cambio parecían establos. Por este motivo encontraremos bastantes edificios religiosos que por fuera no tienen ningún atractivo mientras que su interior es increíblemente rico en decoración. En este caso concreto descubrir el interior tiene cierto mérito porque casi nunca está abierta.

Santa Nedelja, la Catedral del domingo, es otra de las sorpresas que nos prepara la ciudad. De mediados del siglo XIX, fue construida sobre el emplazamiento de una iglesia medieval. Ésta no se encuentra hábilmente escondida sino que es suficientemente llamativa como para que verla no sea nada difícil. Merece la pena hacerlo tanto por fuera como por dentro.


Misa en Sta. Nedelja (Sofía, Bulgaria)


Mezquita de los Baños (Sofía, Bulgaria)
Hay que recordar que estamos en lo que fue el Imperio Otomano y por ello los edificios religiosos son también las mezquitas. No hay que dejar de darse una vuelta por la Mezquita de los Baños pues data de finales del siglo dieciséis y es uno de los pocos monumentos otomanos que se conservan. La visita no supone ningún problema salvo en los momentos del culto, lógicamente. Sólo se deben observar las atenciones lógicas, es decir, dejar el calzado donde nos indican y entrar con los pies descalzos y en caso de ser mujeres, cubrirnos. Las mujeres pueden visitar sin problema alguno la parte del edificio destinada a los hombres puesto que se trata de una visita turística y en caso de no llevar un atuendo considerado por ellos adecuado, simplemente hacen entrega de una especie de capa con capucha (por lo que no es necesario pagar absolutamente nada).

Frente por frente encontramos los Baños centrales. Otra buena muestra del pasado turco de la ciudad. No se pueden visitar porque están en obras (en septiembre de 2011) y puede que lo estén durante bastante tiempo. Cuando la cosa termine y según cuentan, se convertirán en un museo de la ciudad. En cualquier caso su fachada es digna de admiración y ya que la tendremos ante los ojos, qué menos que disfrutarla.

Baños centrales (Sofía, Bulgaria)
Encontramos también en Sofía otra religión: la judía. Y cómo no, una Sinagoga que visitar. Construida a principios del siglo XX con un estilo inspirado en la sinagoga sefardí de Viena, es una de las más grandes de Europa. Tiene un horario algo complicado y es difícil encontrarla abierta. Por otra parte los edificios anexos albergan el Museo de la población judía de Sofía.

Uno de los muchos objetos asombrosos que podemos encontrar
en el Museo Arqueológico de Sofía, Bulgaria
Abandonemos la religión en pos de la Historia pura y dura. Cuando visito otras ciudades no soy particularmente partidaria de entrar en muchos museos salvo si son lugares realmente excepcionales. Me gusta más pasear por la ciudad en sí y sus monumentos, barrios menos turísticos, tratar de relacionarme con la gente, etc. Sin embargo me parece más que interesante hacer una visita a lo que en su día fue La gran mezquita. Este edificio imponente esconde en su interior un Museo arqueológico que nos puede atrapar durante horas. Los iconos medievales, las cerámicas y azulejos de esta época así como la colección de tesoros tracios son una verdadera maravilla. Si puedes internarte durante tres horas en este viaje en el tiempo, no deberías dudar en hacerlo (la entrada en septiembre de 2011 estaba a 10 levas).

Alejarse un poco para tomar perspectiva no tiene por qué estar mal. Para los amantes de la naturaleza el Monte Vitosha debería ser visita obligada. De golpe y porrazo nos encontramos en medio de un denso bosque por el que dar un paseo puede ser realmente agradable pues se trata de un parque natural que incluye dos reservas y cuya belleza es más que remarcable. Por otra parte para los museófilos, allí se encuentra el Museo Nacional de Historia.

Subida hacia la Iglesia de Bojana, en el monte Vitosha (Sofía, Bulgaria)

Próximo o mejor dicho, casi inserto en el propio Vitosha encontramos la pequeña población (hoy anexa a la capital a modo de barrio) de Bojana. De pronto nos sentimos casi en un pueblo pero tenemos un buen motivo para estar en este lugar. Aquí se encuentra la Iglesia de Bojana. Este pequeño edificio religioso ha sido considerado por la UNESCO como Patrimonio de la Herencia Cultural Mundial. La razón es que habiendo sido construida en el siglo XI, sobre sus muros están los frescos considerados más interesantes e importantes del arte medieval de la Europa del Este. Llegar hasta allí puede ser complicado por lo que hay que pensar cómo ir con calma: mi recomendación es coger el autobús 64 pues es el que queda más próximo aunque también dejan allí (algo más lejos) los autobuses 63 y 107. Por otra parte, recordemos que más que una iglesia éste es un monumento por lo que tendremos que pagar 10 levas por entrar o 2 en caso de ser estudiantes. Otro dato a considerar es que sus muros de piedra son verdaderamente gruesos y la correcta conservación de las pinturas requiere ciertos sacrificios térmicos por lo cual en su interior hace realmente frío.

Mercado de mujeres (Sofía, Bulgaria)
Como he mencionado anteriormente, al visitar una ciudad me parece especialmente interesante precisamente eso: visitarla. Tengo cierta debilidad por alejarme algo del centro turístico (siempre con precaución y cabeza) y visitar los mercados. Por ello recomiendo pasarse por el llamado Mercado de Mujeres (Zhenski Pazar), que recorre el Boulevard Stefan Stambolov (cerca del Boulevard Maria Luiza). Es abierto, al aire libre, de productos primarios, vamos, lo que se suele entender por un mercado y es el más grande de la ciudad. En un sentido completamente distinto pero cercano en el espacio encontramos el Centro comercial de Halles (Halite). En este caso lo más interesante puede que sea la arquitectura de estilo Art Nouveu de principios del siglo XX, pero ni sus gentes ni sus productos tienen el menor atractivo bajo mi punto de vista y en comparación con el Mercado de Mujeres. 

Ahora que ya hemos paseado por mercados, sinagogas, mezquitas, museos, catedrales e iglesias podemos irnos a descansar o tomar un autobús que nos lleve al Monasterio de Rila o a la vecina ciudad de Plovdiv.


Detalle de escultura soviética (Sofía, Bulgaria)


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Visitando lugares cercanos: el Monasterio de Rila.

Otras ciudades de Bulgaria: El mágico encanto de Plovdiv.

Ver también Viajando a Bulgaria: qué tener en cuenta. Una serie de consejos para visitar Sofía y Plovdiv.

Viajando a Bulgaria: qué tener en cuenta


Bulgaria, o lo poco que he podido conocer de ella, es un país encantador. A mitad de camino entre lo mediterráneo y lo balcánico, que se dan más la mano de lo que parece. Con un espectáculo natural de bosques, montes y lagos sólo comparable a la sorpresa que nos esconde: increíbles monasterios que provocarían auténticos problemas a Stendhal… Con unas gentes bastante simpáticas, agradables y educadas. Con una gastronomía que hace la boca agua y con un potencial turístico claramente desaprovechado. Aquí van algunos consejos que me parecen útiles tras haber viajado a Sofia y Plovdiv.


TRANSPORTE

No es necesario un bono porque todo está bastante cerca así que a menos que el hotel esté muy lejos del centro o tengas algún problema de movilidad, no es realmente necesario. Los billetes sencillos cuestan una leva (0.50€) y se pueden comprar bien en los kioskos que suele haber cerca de la parada tanto de bus como de tranvía o bien en el propio tranvía o autobús al conductor y/o a la máquina expendedora, si la hay (también suelen tener inglés como opción). Debes picar el billete en unos cacharritos pequeños que hay a lo largo del vagón tanto a derecha como a izquierda a la altura del borde superior de la ventana.




Un taxi legal de Plovdiv
Taxis. Existe el mito de que todos los taxistas te quieren timar, pero lo cierto es que no te intentan engañar más que en España. Hay que tener cuidado de no coger un coche pirata. Para ello debemos tener en cuenta que los taxis son todos de color amarillo y deben tener las tarifas en la ventanilla, visibles desde fuera, y el taxímetro a la vista del cliente. Aún con todo podemos asegurarnos de una manera sencilla de que no nos van a engañar: acordar un precio aproximado para el recorrido, por ejemplo, del aeropuerto a un hotel céntrico, el trayecto no debería ser más de 10 o 15 levas; si eso nos dice el conductor y nosotros aceptamos, es improbable que nos vayan a timar. Obviamente el precio puede ser superior si estamos mucho tiempo parados en un atasco... pero como es lógico, tampoco debería duplicarse. El taxi es un medio de transporte muy a tener en cuenta porque en realidad es muy barato y sobre todo si vamos más de dos personas, puede salir incluso más económico que un tranvía.

CALZADO

Debe ser muy cómodo. En Sofía las aceras están muy muy mal, salvo en alguna zona muy concreta... todas levantadas, con montantes y hundimientos, etc. por lo que hay que tener cuidado al andar y desde luego unos zapatitos muy monos pero poco cómodos no son nada adecuados. Plovdiv tiene las aceras en mucho mejor estado pero la ciudad vieja, que será donde más tiempo pasemos normalmente para una visita turística, está llena de cuestas empinadas y todo el pavimento es empedrado con adoquines irregulares y desgastados, por lo que caminar sin tener un tropezón siquiera es muy difícil.

ILUMINACIÓN


Por la noche, la iluminación tanto de Sofía como de Plovdiv es muy deficiente: las grandes avenidas están más o menos iluminadas pero en cuanto entramos en una calle secundaria o nos alejamos progresivamente del centro, apenas hay luz. Cuando fuimos, llevar una linterna nos pareció exagerado pero aún así la cogimos y fue un gran acierto pues la luz brilla por su ausencia y además, como ya he dicho, el suelo no es el más fácil de andar así que un poco de luz adicional no está nada de sobra. Una linterna debería tener un rincón especial en nuestra maleta.


COMPRAS: SÚPER Y TIENDAS DE BARRIO


Ambas ciudades están llenas de comercios tipo "ultramarinos" y de pequeños supermercados de barrio. No estamos de viaje en el fin del mundo y tampoco en un país subdesarrollado así que si nos hemos olvidado algo en casa no tenemos por qué penar y sufrir: simplemente vayamos al súper más cercano. Eso sí, las tiendas están puestas para búlgaros, no se cuenta realmente con el turismo (sobre todo en Sofía) así que es mejor ir a dónde los productos estén a la vista y nos sea más fácil elegir y ver el precio.

IDIOMA

La mayor parte de la gente no habla mucho inglés aunque sí se manejan bien en los centros de información turística, aeropuerto, hoteles, algunas estaciones de bus, algunos restaurantes y ciertos taxistas. Pero el conjunto de vocabulario no suele ser muy extenso así que lo más sencillo si no sabemos búlgaro es que tiremos del lenguaje gestual, las señalizaciones en el mapa y las sonrisas. Muy útil y recomendable es aprender a leer el alfabeto búlgaro, es decir, saber cómo suenan las grafías y a qué letras corresponden más o menos en el alfabeto latino: eso nos ayudará a entender algunas palabras que son similares en su sonido o a reconocer la calle en que estamos (cuyo nombre a menudo está sólo en cirílico) y poder buscarla en el mapa (donde generalmente estará sólo en el alfabeto latino).

También es recomendable para ser bien recibido, como en cualquier país, aprender alguna palabra en búlgaro, simplemente lo básico porque es un idioma complejo cuyos vocablos son bastante largos...
- dober den para saludar
- dovejadé para despedirse
- blagodaría o mersí para dar las gracias

Un idioma que sí suelen saber es ruso, así que si tenéis la suerte de hablarlo vosotros también, no tendréis problema alguno.

COMIDA

La gastronomía búlgara es estupenda: tienen una enorme variedad de platos que se reflejan en unas cartas interminables en los restaurantes, tanto que a veces es realmente complicado elegir. Los restaurantes de las zonas más turísticas por lo general tienen la carta en inglés... pero ¡ojo! los españoles nos parecemos mucho a los búlgaros físicamente así que si no decimos que somos turistas y que no sabemos búlgaro antes de sentarnos, a lo mejor no nos la traen más que en su idioma.

Otras cosas a tener en cuenta son que ellos no esperan a ser sentados a una mesa en el restaurante, sino que debes llegar y sentarte donde te parezca bien (habiendo dicho que no tienes ni papa de búlgaro); y tampoco tienen costumbre de ponerte pan si no lo pides tú, así que si quieres comer con pan debes decir que quieres pan, que no lo quieres de pita y cuántas lonchas deseas.

Como he dicho la gastronomía búlgara es muy rica por lo que vale la pena experimentar y "jugársela" pidiendo cosas que en realidad no tenemos ni idea de qué son... a veces puede que nos llevemos una sorpresa desagradable, pero es lo menos probable. Sí es importante que pongamos atención pues en la carta suele indicar la cantidad de comida que tiene el plato en gramos... y no son gente que escatime, muy al contrario son "de buen comer" así que una ración de unos 200gr. está muy bien, pero si pone más de 300gr. y no sois Obelix, lo mejor es que compartáis entre dos o incluso entre tres si llega a los 500gr. Es muy barato pero no os dejéis llevar por el precio, las cantidades son amplias así que es imposible que os podáis comer unos entrantes, un primer plato, un segundo y un postre... si lo hacéis puede que acabéis con un empacho importante: reducid vuestra comida a un par de platos, bien un entrante y un plato principal o bien sólo un principal y un postre.

Por otro lado, hay muchos puestos de comida basura callejera pero por lo dicho anteriormente, creo que no vale la pena perder el tiempo en ellos. También tienen muchos puestos de helados que venden al peso: el precio viene señalado por cada 100 gramos (por ejemplo, 1,50lev./100gr.) y cuando han puesto el helado, lo pesan y así lo cobran.

BEBIDA

Hay muchísimas posibilidades. La cerveza es muy barata y en grandes cantidades (tienen incluso "bilitronas"... ¡litronas de dos litros en botella de plástico!), lo más pequeño es el equivalente a nuestro tercio, pero no es muy buena sino bastante aguada, tipo Heineken. El vino está bastante rico, sobre todo los vinos blancos, que además son también muy económicos. Y por lo demás tenéis los mismos refrescos que en cualquier sitio con alguna variación como que suelen tener más a menudo Pepsi que Coca-Cola...

El agua del grifo se puede beber perfectamente, a lo mejor el sabor os gusta menos que el de vuestra casa por no estar acostumbrados, pero el caso es que podéis ir rellenando una botellita y beber todo el rato. Además hay muchas fuentes públicas tanto en Sofía como en Plovdiv así que probablemente no paséis sed nunca.

TABACO

No sólo no está prohibido fumar en casi ningún sitio sino que los búlgaros son bastante fumadores y no se cortan un pelo aunque son muy educados y respetuosos.

DELINCUENCIA Y TIMOS

En Bulgaria no hace falta más cuidado que en otros países, simplemente lo lógico cuando eres un turista... tener cuidado en lugares muy frecuentados y en el transporte público. Existe cierto mito de la delincuencia en este país por las mafias pero sinceramente yo no he visto en ocho días ni un sólo conflicto y jamás me han intentado robar, timar, engañar, etc. (cosa que en otras reputadas capitales sí). Muy al contrario, han sido amables y me han tratado bien y con gran educación.

No me encuentro en situación de negar que las mafias existan, es más, la abundante existencia de casinos en relación a los datos económicos del país hacen pensar que hay un enorme lavado de dinero diario… Lo que quiero decir es que no implica un problema para el turista en ciudades grandes o medianas. Quizá en zonas rurales o fronterizas podamos topar con situaciones desagradables pero en un viaje a Sofia, Plovdiv o al Monasterio de Rila, si se es precavido, no es previsible encontrarse con ningún problema más allá de lo normal.

SOUVENIRS

Tarjeta de una ceramista de Plovdiv
La parte oeste del país no está habituada al turismo por lo cual no hay muchos recuerdos que uno pueda traerse más allá de las postales... ni siquiera hay muchos imanes, llaveros o muñequitos, aunque sean horteras. Esto se agrava en Sofía puesto que Plovdiv es bastante más turística. Dentro de todo eso, se pueden traer muñequitos tipo marioneta de madera, productos de la archiconocida rosa del Maritza (hay de todo, bastante bueno y asequible) y productos alimenticios si es que sois capaces de reconocerlos bien... yo personalmente me traje miel, que es algo que toman mucho y está muy rica, pese a que el gran clásico nacional sea el yoghurt. Otra opción es la cerámica (pottery) artesanal de allí... está más explotada en Plovdiv, donde es especialmente recomendable una pequeña tiendecita junto al arco Hissar Kapiya.



PRECIOS DE LAS ENTRADAS

Los tickets de entrada a museos y monumentos no suelen tener un precio muy elevado pero a veces da la impresión de que no han calculado bien y te clavan 6€ por una visita de 10 minutos... dependiendo de cuál sea vuestra capacidad económica y/o vuestra edad, os recomiendo mostrar vuestro carnet de estudiante si lo sois o haceros pasar por uno, con un carnet similar que os pueda acreditar de algún modo. Sé que estoy proponiendo un pequeño timo pero si como yo, acabáis de licenciaros y hasta hace tres meses érais estudiantes (y tenéis un carnet en vigor) y además sois becarios sin cobrar un duro... puede que ahorrar unos pocos eurillos os venga bien y luego le podáis dar una propina al bueno de Giorgi por su peculiar visita guiada a la Iglesia de Santa Petka.

¡¿DÓNDE ESTOY?! … O CÓMO ENCONTRARSE EN EL MAPA

Es importante saber que no todas las calles tienen placa con el nombre y las que la tienen, a menudo sólo lo tienen en Cirílico. Por ello es útil aprender a leer su alfabeto, como ya he dicho antes, y mirar siempre que podamos por dónde estamos andando para no perdernos. Nuestro sistema personal era buscar un cruce de dos calles con nombre y así localizarnos en el plano y sinceramente creo que es lo más sencillo y seguro para no liarse.


Uno de los pocos carteles de calles en ambos alfabetos:
el enorme Bulevar Maria Luisa

CONSEGUIR UN PLANO

En Madrid yo sólo he conseguido encontrar mapa de Sofía y sólo en La tienda verde, una pequeña librería en Ríos Rosas. No obstante allí en algunos hoteles te dan una guía de Sofía al llegar el primer día... la guía no vale para nada realmente pero tiene un plano que es estupendo. Además en el Servicio de Información Turística de Sofía te dan planos tanto de ésta como de otras ciudades búlgaras (por ejemplo Plovdiv), cosa que también sucede en otros sitios de información turística de otras ciudades, como Plovdiv.

Podéis encontrar planos útiles en 
Map&Guide, de hecho los de Sofía y Plovdiv que aparecen ahí, son los que te dan en la Oficina de Turismo.

GUÍA DE BULGARIA

No hay muchas guías de Bulgaria en castellano, apenas la Laertes y la del País Aguilar... pero si os manejáis bien en francés os recomiendo la Guíde vert Michelin (con distancia la mejor para mi gusto) y si os manejáis mejor en inglés la Lonely Planet, que también está muy bien aunque le falten imágenes... Si vivís en Madrid o cerca, os recomiendo no andar dando vueltas de la Fnac a la Casa del libro y al Corte Inglés para encontrar una guía... id directamente a La Tienda Verde, que está en la calle Maudes 23 y 38 (metro Ríos Rosas), ya que allí tenéis de todo...

Claro que se puede viajar sin guía pero sinceramente es mejor llevar una, sobre todo en este caso, donde te puedes sentir bastante perdido especialmente al principio.

CAMBIAR DINERO

Es recomendable funcionar con levas aunque admitan euros en muchos sitios. Lo ideal es llevar algo de dinero cambiado (no más de 100 euros). En España es difícil de cambiar salvo en el aeropuerto, donde en realidad te hacen un cambio muy malo así que por eso es mejor no cambiar mucho.

Allí hay muchos sitios de cambio de dinero que ofrecen un buen precio, pero más seguro que cualquier lugar cuya fiabilidad desconocemos, es mejor ir a una oficina del banco Postbank, que ofrece un precio estupendo (1,95 en 2011), es completamente fiable y eficiente. no tengáis miedo de cambiar allí el dinero, no hay hordas de mafiosos esperando incautos turistas para timarlos... ni de lejos: id al banco de allí y os irá mejor que cambiando en España. Se manejan en inglés, son rápidos, eficientes y amables.

HORARIOS

Comer y cenar: tienen un horario más español que europeo, es decir, no comen a las 12:00 y cenan a las 20:00 sino que más bien comen sobre las 15:00 y cenan sobre las 22:00... no obstante los restaurantes dan de comer de 11 a 23 de forma ininterrumpida.

Tiendas: abren más o menos de 10 d ela mañana a 20.00 o 21.00 horas.

Monumentos y Museos: están abiertos más o menos de 8.00 o 9.00 a 18.00 o 19.00... las iglesias a veces están abiertas hasta más tarde y suele ser lo único abierto cuando es fiesta.

TIENDAS Y PRECIOS

En general nos resulta barato (aunque para ellos con sus sueldos, el nivel de vida es carísimo). Los precios de la comida, etc. son más o menos iguales que en España pero en levas, es decir, hay que dividir entre dos, por lo que te estás gastando más o menos exactamente la mitad. En relación a nuestros precios, puede decirse que ropa y calzado es lo más caro porque está prácticamente al mismo precio que en nuestro país, por lo que para ellos es casi producto de lujo...

Las tiendas que más veréis son de ropa, dentro de éstas, las de lencería, y tiendas de productos de belleza para mujeres y peluquerías y salones de belleza puesto que las búlgaras son en extremo coquetas, algo que notaréis en seguida sobre todo por su fascinante habilidad para caminar con tacón de aguja sin siquiera despeinarse por un pavimento que a nosotros nos puede resultar complicado hasta con deportivas. 

IR AL W.C.

Hay váteres químicos (marca "Eko-Toi") por todas partes y no sé por qué, casi siempre al lado de las iglesias. En contra de lo que podáis imaginar están limpísimos, a menudo incluso tienen papel... así que son una solución muy recomendable. Además a veces (sobre todo en monasterios o estaciones de bus o tren) tendréis que pagar por ir al baño. En ciertas ocasiones es un servicio normalito, que está como el de cualquier estación o museo del mundo, un poco guarro y ya está, pero en otros casos, será una letrina terrible, sin luz y apestosa por la que además habréis pagado y os sentiréis estafados... eso hará los Eko-Toi mucho mejores a vuestros ojos y narices.

VIAJAR CON NIÑOS

No sé bien por qué pero tuve la sensación de que había muchísimos niños por todas partes y tienen muchas actividades infantiles, juegos en los parques, ferias y cosas así... que supongo que harán los viajes con pequeños infantes mucho más agradables tanto para los padres, como para los niños que por una vez encontrarán un turismo más a su medida.


CONDUCCIÓN

Las carreteras necesitan una puesta a punto y creo que sólo hay una autopista. Veréis las mismas señalizaciones que tenemos por el resto de Europa, pero no os dejéis engañar por la vista, son mero decorado: nadie respeta las señales, no parar ante un stop (ni siquiera reducir la velocidad o mirar quién viene) es lo normal, el cebreado puede convertirse en un tercer carril que permita adelantar, así como el arcén y desde luego los límites de velocidad no quieren decir nada en realidad, así como los intermitentes probablemente no estén instalados en los vehículos dado que nadie los utiliza.

Sin embargo no parece haber muchos accidentes, por lo que podemos deducir que los búlgaros en general conducen bien... simplemente hay que tener cierta precaución y recordar que es la ley de la jungla.

RELIGIÓN

Son, en general, muy religiosos. Recordemos que son ortodoxos y entran a rezar y poner velitas en las iglesias a cada momento. A menudo pone que está prohibido entrar con falda o pantalón corto o con tirantes en las iglesias pero no pasa nada ni es necesario tener un gran cuidado en especial... no hay que cubrirse la cabeza ni nada por el estilo o al menos las búlgaras no lo hacen. Los hombres no tenéis que tener tampoco ninguna precaución más allá de la buena educación y el respeto.


Si entráis y se está oficiando cualquier tipo de ceremonia no es necesario que os marchéis porque no les molesta que lo presenciéis e incluso que saquéis fotos, nosotros de hecho tuvimos la suerte de poder disfrutar de una misa, una boda y un bautizo y siempre fuimos muy bien recibidos. Además merece la pena quedarse porque es curioso si no conocéis los ritos ortodoxos, dado que no son exactamente como los católicos.

Hay una gran comunidad islámica también (recordemos el pasado turco de Bulgaria y que tiene por vecino a Turquía) y por tanto, algunas mezquitas bastante importantes y que se pueden visitar siempre que no estén en medio de un rezo (aunque a veces también se puede visitar durante la oración). Lo único a tener en cuenta es no entrar a ser posible durante la oración, quitarse siempre los zapatos (no hace falta quitarse calcetines) y dejarlos en las estanterías numeradas que tienen para ello (no temáis, no seáis desconfiados, nadie os robará los zapatos) y si sois mujeres, cubriros la cabeza. Las chicas por supuesto debéis estar vestidas "decorosamente" es decir, si lleváis minifalda o pantalones cortos, debéis cubriros también las piernas... pero no hay ningún problema si no tenéis con qué: allí guardan una especie de capas con mangas y capucha que permiten que quedéis completamente cubiertas, pelo incluido y podáis visitar la mezquita. Obviamente al ser turistas no estáis relegadas a la zona de mujeres sino que podéis visitar la estancia central que ocupan los hombres.

La tercera gran comunidad son los judíos por lo que también hay sinagogas... en teoría no hay problema para visitarlas (salvo el horario de visita y no entrar durante los ritos, como es lógico), pero nosotros nunca conseguimos entrar en ninguna por hache o por be.

MUERTE

Una curiosidad es que cuando muere alguien hacen una hoja con su foto, sus fechas de nacimiento y muerte y quién es. Normalmente las plastifican y las pegan en los árboles, las calles, las puertas de iglesias, kioskos... por todas partes, vaya. Se trata simplemente de recordarlos y algunos son de hace muchos años así que no penséis que tienen una mortalidad terrible y acaban de morirse todos los que veis ni penséis tampoco que es una cosa truculenta y rara sino que simplemente se trata de recordar con cariño a los muertos y nada más.