Imagen de Günter Wallraff como Levent (Alí ) durante su investigación para Ganz unten |
“Adelante, adelante” decían los responsables de las fábricas
de diversa índole al recibir a los operarios españoles y griegos en los años
sesenta. Baratos, a menudo ilegales y bastante sumisos. Huyendo de la pobreza o
de un régimen político poco deseable se presentaban a las puertas de la gran
mansión alemana. Y eran bien recibidos. Aunque con ciertas condiciones, claro. Lo
que ocurre años más tarde con el equivalente turco nos lo cuenta muy bien Günter
Wallraff en su célebre Ganz unten (Cabeza de turco para los amigos
hispanoparlantes).
Pero tampoco hay que irse tan lejos, ni visitar a la
autodenominada vaca germana. Podemos quedarnos por aquí y mirar en el espejo. En
la oficina del SEPE de Legazpi reciben a todos unas calurosas pintadas y
carteles que invitan a repatriar a todo inmigrante. El trabajo en España para
los españoles. Nos están robando nuestros puestos de trabajo. Se quedan con
nuestras prestaciones que pagamos con nuestros impuestos. Debe de ser que ellos
no pagan impuestos o algo así… ¿Y qué decir de los célebres camiones de fruta
volcados en la frontera? ¿En Francia a los camiones españoles? No, en realidad
me refería a los camiones marroquíes cuya mercancía hacían (y hacen) rodar por el suelo
los defensores de lo patrio. Así de digno y sin necesidad de que salga en las noticias, oiga.
Ni Francia, esa cuna de la elegancia y del 'savoir faire' se
libra. Eso sí, como un fino tul, como una sonrisa de condescendencia. Bella es
la denominación de todo inmigrante con papeles porque en el país vecino son
todos franceses. Apenas sin excepción. Aunque no todo puede ser igual porque la
Revolución francesa la montaron y la ganaron los burgueses y esa clase social
siempre ha sabido de lo que habla. De este modo en el hexágono de al lado
conviven françaises de souche y françaises d’origine, lo que vienen a ser
franceses de toda la vida (souche significa tocón en un árbol y de algún modo
raíz, matriz o abolengo) y franceses de origen. ¿De qué origen? Obviamente de
un origen que no es de souche. Uno puede ser français d’origine espagnole,
français d’origine italienne o français d’origine hongroise, como el
expresidente Sarkozy tan obsesionado con la identidad nacional. En definitiva,
sin ser diferentes que quede claro que tampoco somos iguales, querido.
¿Pero no estábamos en la Unión Europea de Schengen?, ¿no
vivíamos acaso en un territorio sin fronteras y con libre movilidad donde todos
somos iguales? Pues se ve que no. Al menos desde que la bolsa es la bolsa y la
prima de riesgo sube y sube. Al menos desde que para calcular qué tal andamos de
salud financiera hay que mirarse en el vecino alemán.
Algunos quieren que seamos muy amigos. Con un crecimiento de
la mano de obra cualificada pero barata de origen mediterráneo en las frías
tierras bárbaras se congratula la directora de una fábrica de pegamento: “¡Bingo!¿Esto es Europa, sí o no?”. Debe de serlo pero desde el Ministerio de Trabajo
nos mandan un aviso a navegantes: “La cultura de la hospitalidad no debe ser una invitación a inmigrar a nuestro sistema social”. Quizá sólo haya que emigrar
para partirse el lomo, que si en tu pueblo no tenéis una sociedad avanzada por
algo será y a lo mejor es porque debe de ser así… ¿no? O quizá he vuelto a
malinterpretar a alguien.
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Recomiendo la lectura del artículo de Olivier Cyran El temor del jubilado alemán ante Grecia aparecido en Le monde diplomatique en español de este mes (agosto 2012).
Para quienes naveguen con comodidad en el alemán puede ser de interés el blog de contrainformación de Michalis Pantelouris, hijo del agregado de prensa de la Embajada de Grecia en Berlín.
Explicación wikipédica en francés de lo que implica la denominación "français de souche".
¿Hacia dónde vamos? Hacia el desastre si no somos capaces dar la mano al de nuestro lado, ya sea blanco, negro, amarillo, marrón, rojo, verde, azul, morado o, sencillamente, inmigrante.
ResponderEliminarLos hay que solo miran a su propio ombligo.
Por cierto, los links de "¡Bingo!¿Esto es Europa, sí o no?" y "La cultura de la hospitalidad no debe ser una invitación a inmigrar a nuestro sistema social" redirigen los dos al de "El temor del jubilado alemán ante Grecia", no sé si está bien o está mal.
Los links están bien: son para indicar que se trata de elementos sacados de ese artículo (el recomendado al final) pero no se puede leer online aún, sólo la descripción.
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