Tras
una gorra oscura y unas gafas nada discretas se esconde el Doctor Bucketman.
Más de veinte años como batería avalan a este golpeador profesional de cubos y
sartenes que se siente en una ferretería como en una auténtica tienda de
instrumentos musicales.
Doctor Bucketman. |
Allí estaba afianzado
en su banqueta de grupo en grupo hasta que un día, no se sabe muy bien a qué
hora, un cambio personal lo llevó a decidirse por introducir una importante
variación. ¿Por qué no? Pero el camino tampoco era fácil y la criatura precisó
más de nueve meses para nacer. Y es que elegir qué cubo o sartén suena como se
quiere y encima resista bien los golpes, no es nada sencillo. “Quiero un rango de frecuencias, de texturas
y sonidos para sustituir el bombo, la caja, el hi-hat… y poder crear ciertos
efectos” explica con el deje de su peculiar voz. A partir de estos
elementos, que encuentra a través del clásico modo científico basado en la
experimentación de ensayo y error, inicia su misión nada imposible de componer
melodías básicas. Algún lector estará aterrado pensando solidariamente en los
vecinos del Doctor Bucketman. Que no cunda el pánico: casi todo este proceso lo
vivió encerrado, como buen músico, en un local de ensayo. Allí tiene lugar la
evolución creativa y siendo un hombre nacido con la era de las cajas de ritmos,
basa su trabajo en patrones encadenados de modo muy hermético, en las antípodas
del elástico Jazz, que también admira.
Así, después de unos
diez meses de confinamiento salió a la luz de la creciente luna del once de septiembre de dos mil diez. Aquella Noche en Blanco de la ciudad de Madrid
se lanzó a la calle aperos en ristre por primera vez. Un momento que califica
de inolvidable e irrepetible. Y debe decirlo en serio porque lleva dos años
paseando sus ritmos por los pasillos del metro y las calles de la ciudad. No
sólo de ésta, pues también el resto de la geografía ibérica ha tenido ocasión de
vibrar con su música que traspasa fronteras hasta colarse entre parisinos, romanos o lisboetas con lo que él llama el "European Sartenazo
Tour".
Elige lugares que le
aporten energía y se deja guiar por un sexto sentido que a veces le ha llevado
a pasearse con todos sus cacharros y terminar por no tocar. Los otros cinco
sentidos ya le han advertido de que es mejor evitar el “centro del centro” de
las ciudades aunque a veces lo olvida. Por ejemplo en Roma no les hizo caso, se
plantó junto al Coliseo y cierto es que le echaron de allí hasta tres
veces. Por lo demás, no archiva en la memoria muchos problemas por actuar en la
calle más allá de sí mismo: “si fuese un mimo no tendría problemas pero lo mío
es algo ruidoso”. En ese sentido comprende que ocupar la vía pública no es cosa
baladí pero al mismo tiempo ve cierta segregación hacia los percusionistas pues
su trabajo en las calles de muchas ciudades está prohibida, decibelios a parte.
El Doctor Bucketman lo ve como una auténtica “discriminación de género”.
“También me gusta escuchar
boleros”
Doctor Bucketman. |
Un músico tan
peculiar tiene opinión propia también respecto al panorama sonoro de su país,
en él encuentra “poca creatividad, atrevimiento, transgresión…” y añade con
gesto casi preocupado “llevamos repitiendo las fórmulas de los Beatles y los
RollingStones desde que nacieron”. Si en su juventud era un tipo aficionado al
rock duro, ahora está en el mundo paralelo de la música electrónica y
especialmente del IDM, las siglas de Intelligent Dance Music, género surgido
hace unos veinte años. Defensor aguerrido de la frescura creativa tiene un
puñado de artistas entre sus favoritos, como el batería Jojo Mayer. “Ahora
mismo estoy en este universo pero también me gusta escuchar boleros”, asegura
entre risas.
A base de patear aceras y golpearlas con sus baquetas,
nos encontramos ante un hombre que se hace famoso poco a poco. No sólo es
reclamado por marcas para eventos publicitarios o por medios para mostrarse en televisión,
sino que ha pasado ya a ser objeto de un corto-documental a
cargo de Carlos Carcas.
Sin embargo no se considera en posición de enseñar a nadie y en cambio cree
firmemente en el aprendizaje libre y en el peligro de las escuelas que fabrican
obreros musicales idénticos los unos a los otros. Si alguien le preguntara cómo
hacer lo mismo que hace él, le diría “cógete los cubos y cacharos que te
gusten, colócalos como te apetezca y busca tu música… la mejor forma de
aprender es que el camino lo hagas tú”.
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Canal Youtube del Doctor
Bucketman
Recomendaciones del Doctor
Bucketman:
- Aphex Twin
- Eskmo
- Amon Tobin
- K-Iman
- Jojo Mayer y en particular su último trabajo, Nerve
Molan los vídeos de él tocando! Un geniooooooo! xD
ResponderEliminares genial el artículo, enhorabuena. Es muy grande lo que hace el Doctor Bucketman, y Carcas por hacer el documental. todo mi apoyo y mis mejores deseos
ResponderEliminar¡Me alegro de que te haya gustado!
Eliminar...seas quien seas, gracias.