viernes, 14 de septiembre de 2012

Una del oeste


Yllana nos invita a dar una vuelta por el oeste más salvaje y divertido. Metan en una coctelera unos caballos, a un par de forajidos, la chica guapa, algunas armas, un clásico saloon, indios rumbosos, pelusas del desierto, buitres hambrientos y a un pobre granjero miope. Mezclen todos los elementos con mucho humor pero sin agitar en exceso. Debería de salir Far West. O algo parecido.



La historia es la clásica chico conoce chica, se enamoran, surgen problemas y hay que resolverlos. Así contado no invita a la carcajada pero es que ellos se expresan de otra manera: sin palabras. César Maroto y Susana ‘Gus’ Cortés explican muy bien que no se trata de algo ni más fácil ni más difícil sino diferente, otro lenguaje que necesita otros códigos y otros recursos. No les falta ni un poco de razón dado que la pantomima es todo un género dentro del teatro. Yllana va más allá y se centra siempre en el humor, sin palabras, claro, pero con múltiples referencias que van desde Chaplin a Buster Keaton.

Así es como nos encontramos sobre el escenario con dos malos malísimos que no dicen nada pero no paran de hablar a su manera. El diálogo no tiene cabida en esta obra pero eso no quiere decir ni mucho menos que se obvie la parte vocal; de hecho tanto el viejo truco de “hablar sin hablar” como las onomatopeyas reinan sobre las tablas. Cierto es que de vez en cuando se escapa alguna palabra inteligible para el espectador pero no se trata nunca de un error sino de otro elemento más que pensado. De hecho cuando sacan de paseo los espectáculos fuera de nuestras fronteras alguno de esos vocablos desperdigados se adapta al entorno. Claro que otras veces es sólo percepción del público. Nos cuentan que con uno de sus humorísticos indios de gira en Singapur la gente reía a mandíbula batiente al ver cómo invocaba espíritus al son de “yiiiih, eeaaah, saaaaahn”. Los actores, sorprendidos por el fenómeno que había producido el gag, preguntaron y en seguida les dijeron “es muy bonito que lo intentes decir en chino”. Lo que supuestamente decía el onomatopéyico piel roja era “un, dos, tres”, ¡qué descubrimiento!

La dulce Jenny le arrea un sartenazo al malvado forajido
-foto de Pepe H.-
Habrá quien proteste por los efectos sonoros y vocales y nos diga que eso no es pantomima pura y dura. Es verdad. Pero como bien dice César “no todo tiene que ser puro… la pureza es para los maestros y para los estudiosos, nosotros hacemos teatro para la gente”. Desde luego se vuelcan en el público y para ello cogen todo lo que saben de teatro gestual y de humor y lo sirven muy bien ligado y fresquito. Los actores de Far West no sólo interpretan a sus múltiples personajes sino que además son sus padres. La creación de la obra es lo que más le gusta a César del proyecto mientras que la preferencia de Gus es el desarrollo en escena. Sin embargo en este caso ha sido algo diferente para ella: “trabajar en este proyecto ha sido genial porque con el western tenemos unas referencias cinematográficas bestiales y han ido saliendo las escenas por sí solas”. Apenas dos meses ha precisado la incubación y aunque aún queda trabajo de pulimento, la representación está lista y pronto abandonará el Teatro Alfil de Madrid para ir en busca de otros destinos. Pronto en otras tierras se podrá disfrutar de las auténticas coreografías que suponen la coordinación de los efectos de luz, video y sonido. Un conjunto estupendo fruto del trabajo de ensayo de los actores y de Jorge Moreno ‘MIlky’. El encargado de toda la parafernalia técnica es un auténtico pianista que hace sonar cada acorde en su sitio. Por eso los de las tablas lo consideran un actor más.

Novedades y viejos conocidos

Los pajarracos de Yllana vuelven a la carga  -foto de Pepe H.- 
Cuatro son los actores que se colocan ante los ojos del visitante. Eso sí, los personajes son muchos más gracias a la magia del teatro. Algunos son primos lejanos de otros espectáculos de Yllana y conocidos del público. Si le cayeron bien los pajarracos de Splash y los polluelos de Zoo, no se preocupe, que aquí podrá trabar amistad con unos simpáticos buitres. Si los padres no tienen hijos preferidos, los actores de Far West tampoco tienen personaje adorado. Pero sí, escena. Al menos los dos entrevistados coinciden en que el momento inicial es el que más les gusta. Para Susana “describe por primera vez en Yllana a todos los personajes y se crea una relación entre ellos desde la primera escena”. A esto César añade otros motivos: “me parece que estamos investigando un humor nuevo, diferente dentro de la compañía, un humor más tranquilo, más narrativo y más sutil que lo que hemos hecho siempre y que es el resto del espectáculo… que es más bestia, más humor puro y duro”. Dos estilos que se dan la mano y se funden a la perfección.

Pese a los elementos nuevos Far West sigue siendo puro Yllana desternillante y dinámico. Una historia ligada pero que avanza a galope tendido y en la que por supuesto el público tiene su momento de protagonismo. Ese temido y adorado momento de salir al escenario. Ese momento en que los actores bajan a la caza del tímido espectador y se encuentran que, como el profesor cuando hace una pregunta en clase, todos bajan la cabeza y miran a otro lado a imagen y semejanza del avestruz. No sigan por ese camino porque no les servirá de nada. Una cabaretera será la encargada de reclutar y es de lo más drástica en sus métodos: “yo bajo a arrancar del asiento a la gente”. Así de claro. Claro que buscan a alguien que se deje y poca gente se niega a colaborar pero en cualquier caso no teman porque al escenario sólo se sube a jugar y a divertirse. Far West es un torbellino de disparos, relinchos, carreras, peleas, pero sobre todo un torrente de carcajadas.


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Intérpretes y creadores:
   César maroto
   Antonio de la Fuente
   Susana Cortés
   Rubén Hernández



2 comentarios:

  1. ¿Pelusas del desierto? Serán cardos rusos y plantas rodadoras!! http://es.wikipedia.org/wiki/Estepicursor

    Me ha gustado, pero creo que después de hablar de que bajan al público deberías hablar un poco más del desenlace. ¿No? :P

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    1. No hombre, que si no desvelamos las grandes sorpresas... jajaja

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