‘Un policía municipal hace guardia frente al piso de Lamín momentos
antes de su desahucio…’ así comienza la narración fotográfica que ha
llevado a Olmo Calvo a ganar el Premio Luis Valtueña este año. Una serie de
imágenes que, junto a las de los demás seleccionados podemos disfrutar hasta el
martes en La Casa Encendida.
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Un policía municipal hace guardia frente al piso de
Lamín momentos antes de su desahucio – Olmo Calvo - |
Olmo
Calvo nos cuenta en diez fotografías la crónica de un desahucio con distintos
protagonistas. Personas que han padecido este drama que afecta a tantas
familias españolas. Él comenzó a interesarse por esta situación a partir de
junio de 2011, cuando el periódico Diagonal (del que es cofundador) entrevistó
a Anuar, la primera persona que intentó paralizar la ejecución de su sentencia.
Al ver que era un problema creciente, que se extendía como una enfermedad,
decidió emprender una investigación de fondo y explicar este asunto en
imágenes. Con una información tan cercana ha ganado el premio frente a realidades
como la de Honduras o Siria. Y es que como él mismo afirma, “muchas veces se tiende a ver los problemas
lejos cuando los tenemos alrededor de nosotros”.
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Abedab, enfermo de desnutrición y leishmaniasis –
David Rengel - |
Todas
las instantáneas con las que nos topamos en el patio central de La Casa
Encendida tienen nombres y apellidos. Sus protagonistas, lejos de ser anónimos,
traen una explicación junto a ellos, nos explican qué les pasó y eso afecta a
quien mira. A Olmo Calvo le parece importante “porque ayuda a empatizar más con las historias, hace que uno lo sienta
más cercano, que se pueda poner en la piel de la gente”. Lo cierto es que enfrentamos
con otros ojos la mirada triste de ese hombre desnutrido inmortalizado por
David Rengel. Ahora sabemos que se llama Abedab y padece leishmaniasis. Rengel,
Maysun, Eva Parey y Javier Arcenillas, al igual que Olmo, han desnudado
situaciones crudas, que nos impresionan pese a estar cada día en la prensa. “No sé si es bueno o es malo pero es la
realidad y hay que mostrarlo”, asegura Olmo cuando le pregunto si el ver tantas
tragedias acaba por anestesiar. En cuanto a su propia narración apunta que se
trata de un trabajo abierto con el que va a continuar porque aunque se esté
hablando de los desahucios cada vez más, no deja de ser un drama que sigue
golpeando día a día y “en cuanto se deje
de hablar y caiga en el olvido, las personas que están expuestas van a ser
mucho más vulnerables también”.
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Una de las imágenes de la cruda violencia
que se vive en Honduras – Javier Arcenilas -
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‘Un
soldado de las Fuerzas Armadas Sirias alumbra con una linterna el cadáver de un
hombre desconocido’. No es una foto inocente, como ninguna de las que
encontramos en la exposición. “Al contar
una historia, uno siempre la cuenta desde un punto de vista concreto… y yo considero
que el punto de vista correcto es del lado de las víctimas”, así es como
Olmo se sitúa lejos de la neutralidad, que encuentra imposible. Reitera varias
veces que es necesario documentarse, conocer el contexto, las distintas caras
de un asunto pero al final es imposible no tener un punto de vista.
No
significa tampoco que a través de esta información se pueda cambiar la realidad
de un día para otro pero sí “son granitos
de arena que uno va poniendo”. De eso tratan los Premios Luis Valtueña que
desde hace dieciséis años entrega Médicos del Mundo en recuerdo de ése
fotógrafo de la agencia Cover fallecido en Ruanda en 1997. En su memoria y en
la de Flors Sirera, Manuel Madrazo y Mercedes Navarro, otros tres cooperantes
de la ONG, cada año se premian instantáneas que denuncian la vulneración de los
Derechos Humanos en algún rincón del mundo.
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Olmo
Calvo posa ante la sede del periódico Diagonal
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La
recompensa consiste en una beca de trabajo de seis mil euros destinada a
realizar un proyecto en el ámbito de la organización. Pese a que de momento no
tiene claro cuál será ese proyecto lo que sí sabe es que “hay miles de historias que están ahí, a la espera de que alguien las
cuente”. Por lo pronto sólo podemos saber que la próxima parada para Olmo no
se sitúa lejos de aquí, continuará con la temática local. “Por qué me voy a ir lejos, si aquí mismo tenemos un gran problema de Derechos
Humanos en muchos aspectos…” se pregunta.
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Antonio
Tomás sujeta la llave de su casa horas antes de ser deshauciado
- Olmo Calvo -
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“Por qué me voy a ir lejos, si aquí mismo tenemos un gran problema de Derechos Humanos en muchos aspectos…”
ResponderEliminarQué gran verdad, y qué triste es.